jueves, 28 de octubre de 2010

Reencarnación




¿Existe la reencarnación?
Sí, sin duda alguna.
Antes que nada, encuentras milagrosas instancias de niños y niñas que exhiben de pronto gran conocimiento. Una niña que no ha estudiado libro alguno, recita el Bhagavad Gita. ¿Cómo podemos explicar eso excepto que ella trajo consigo de su nacimiento previo, y que por la gracia de Dios ese conocimiento llegó a la parte consciente de su mente en este nacimiento?
El renacimiento es necesario para la evolución del alma. La perfección no puede lograrse en un solo nacimiento. Incluso para desarrollar algunas virtudes cardinales puede llevar varios años. Si deseas obtener la realización del Ser, debes obtener la perfección en todas las virtudes. Debes obtener purificación. Por ello es necesaria para la evolución del Jiva (alma individual).
¿Has visto al gusano moverse de hoja en hoja? Llegará al límite de la hoja, luego se proyectará y agarrará la otra hoja, recién cuando ha dejado por completo la primera hoja. El Jiva también funciona así. Antes de dejar un cuerpo, ha hecho otro cuerpo (grosero o sutil) de acuerdo a sus Karmas y deseos: y entra al nuevo cuerpo con todos los Samskaras (impresiones) y Vasanas (deseos).


Lo dijo Swami Sivananda (1887 – 1963) que fue un perfecto ejemplo de servicio a la humanidad, primero como médico y después como sabio maestro.
Me parece reseñable esta manera de ver la reencarnación y me da entrada para que intente explicar que es eso tan desconocido en la actualidad, aunque en la sabiduría griega y en la romana, solo por mencionar las más cercanas, encontramos referencias en sus grandes maestros. Incluso Jesús dijo:
“No te maravilles de lo que te he dicho. Os es necesario nacer otra vez” o “Lo que no nace otra vez no puede ver el reino de Dio” o “Antes que Abraham fuese, yo era”.
Pero antes de empezar quisiera referenciar a Amit Goswami que en su libro “La física del alma” con el subtitulo de “El libro quántico sobre la vida, la muerte, la reencarnación y la inmortalidad” nos demuestra científicamente que la reencarnación existe y que no es un tema solo filosófico si no también científico.
Dejémonos de de citas y analicemos, si os parece, el porque de la creencia en la reencarnación. Para muchos es otra manera de perder el miedo a la muerte, para otros el la manera de justificar lo que a ojos humanos perece injustificable como la enfermedad, los desastres, las violaciones, asesinatos….

Me gusta utilizar la depuradora como ejemplo para comprender que hacemos aquí. El mundo es como una inmensa depuradora donde llegamos cargando el karma de vidas pasadas. Digamos que ya hemos aprobado diferentes en otras vidas y que arrastramos asignaturas pendientes. Nuestra parte de lo que podríamos llamar Energía divina ya ha pasado por diferentes formas, minerales, vegetales y animales, siendo sólo una fuerza a merced de los designios Kósmicos, pero ahora al tomar la forma humana ya es capaz de discernir. Por tanto la responsabilidad sobre el crecimiento espiritual es nuestra. Somos capaces de decidir si priorizamos los efímeros valores materiales, o si intentamos que sea nuestro espíritu el que llegue tan alto como nos sea posible a fin de convertirnos en nuestro Yo real que es la forma de Energía más pura. Por lo tanto nuestro trabajo es despertar las esencias más sutiles en detrimento de las más burdas. Esto no se puede conseguir en unos pocos años de vida material como la nuestra, por eso necesitamos aprender el máximo posible en esta vida, como deberíamos haber hecho en las anteriores para lograr que nuestro ciclo de vidas, Samsara, se acorte y si fuera posible el liberarnos definitivamente y no volver nunca más a la materia.

Recordemos que en realidad el cuerpo físico es sólo un apoyo para poder comunicarnos con el mundo material, cuando estamos encarnados es cuando tenemos el máximo de posibilidades de crecimiento. Este es el mundo donde nos encontramos el máximo de dificultades para poder depurar nuestro karma.

Sobre el Samsara o el ciclo de vidas, muertes, y renacimientos debemos comprender que la finalidad no es muero, bien a pesar de todo un día volveré, no! Nuestra finalidad debería ser, si nos fuera posible y si nuestro grado de perfección espiritual fuera lo suficientemente alto en esta vida, el no volver. Esto significaría que hemos conseguido llegar, por mantener el símil anterior, al final de la carrera, y que ahora, libres de las cargas a las que nos han sometido las formas burdas de energía, podemos ejercer como parte de este Dios Kosmico sin necesidad de volver a someternos nuevamente a las enseñanzas de la materia. Hará falta que especifiquemos que cuando se dice no volver nunca nos referimos a nuestro yo pequeño, el que ahora somos, cuando hablamos de reencarnación nos referimos a nuestro Yo superior nuestra parte pura de Energía que vida tras vida se depura hasta llegar al Uno, a la Luz pura del Ser.

martes, 19 de octubre de 2010



Hace ya algún tiempo dediqué uno de mis post a Mihály Csíkszentmihályi que es profesor de psicología en la Universidad de Claremont (California) y fue jefe del departamento de psicología en la Universidad de Chicago y del departamento de sociología y antropología en la Universidad Lake Forest.

En aquel entonces hablé de su magnifico libro “Flow” (fluir) y de lo mucho que me había impactado su manera de expresarse y enseñar la psicología actual. Hoy no hablaré de él pero si que tomaré prestada una frase con la que inicia su libro “Aprender a fluir”. La sentencia es de Wystan Hugh Auden que está considerado como uno de los más grandes escritores del siglo XX en lengua inglesa, y ha sido equiparado con Yeats y T.S. Eliot.

Dice Auden:

“Si realmente queremos vivir, sería mejor que empezáramos de una vez a intentarlo. Si no queremos, no importa, pero sería mejor que empezáramos a morir”.

Seguro que su poética visión del mundo, de lo material, difería mucho de la mía pero me hizo reflexionar sobre el tema.

Realmente queremos vivir o nos dejamos arrastrar por la corriente del río de lo común?, dice la sabiduría popular “Donde va Vicente, donde va la gente”. No somos Vicentes atrapados por la comodidad que nos confiere el vernos arropados por nuestra cultura, nuestro entorno…?

Ya hace muchos años que aprendí que unas de les cosas esenciales e imprescindible de este andar espiritual eran Viveka y Vayragia (discernimiento y desapego). Discernimos? Somos capaces de ver la Realidad por encima de las pequeñas realidades de lo cotidiano? Acaso no nos dejamos influir por el que dirán, por el es que es lo usual, por el que siempre se ha hecho así…

Debemos empezar a Vivir en el Ser o más vale empezar a morir, al menos tendremos otra oportunidad de crecimiento en nuestra próxima reencarnación. No seremos estos jivas que comparten sus blogs pero al menos nuestros Atman dispondrán de un nuevo jiva con el que depurar sus vasanas y samskaras ( tendencias latentes que se arrastra de vida en vida) y así lograr la Liberación.

No se a vosotros pero a mí me da verdadero pavor volver a empezar y os prometo que estaré ojo avizor a todo aquello que el Maestro me envíe par ayudarme, porque prefiero querer vivir antes de empezar a morir. Todo el tiempo que den a este jiva, que respetuosamente os comenta esto, será bien recibido y aprovechado al máximo, al menos esta es mi intención.

No hace falta empujar a la vida.
Cuando el esfuerzo es necesario, la fuerza aparece.
Nisargadatta

jueves, 14 de octubre de 2010




A los elefantes jóvenes se les ata a una estaca con una cadena, dejándoles un radio de acción limitado, es la manera que se tiene de controlar que no huyan de donde se ha decidido dejarles. Cuando son adultos solamente con atarles una cadena a la pata, sin estaca, ya no marchan, creen que están atados y no hacen intento de zafarse de sus vigilantes.

Este hecho me recuerda a la famosa caverna de Platón donde los humanos están sentados de espalda a la entrada y se conforman pensando que las sombras son la realidad. Estamos condicionados por aquello que se nos ha dicho, no somos capaces de discernir por nosotros mismos.

Debemos prestar mucha atención a todo aquello que el Maestro nos hace llegar. Recordemos que el Maestro habla por boca de todos, no olvidemos nunca que los más simples suelen ser quienes nos dan las grandes lecciones, nos enamoramos de gurues y maestrillos sin prestar atención a la Voz que nos habla desde nuestra propia casa o en nuestro entorno más cercano.

Se dice que andaba por una calle un fiel discípulo de un gran guru cuando oyó gritos, un elefante se había desbocado y se dirigía directamente hacia él, en vez de apartarse se postró y empezó a rezar, Oh Shiva Tu que todo lo puedes, Tu que todo lo eres libérame del mal. Pero el elefante le pasó por encima dejándolo muy maltrecho, en cuanto pudo se fue a ver a su guru y le dijo, como es posible que Dios no me oyera, no me hiciera caso? A lo que su maestro le respondió. Si que te hizo caso o no oíste su Voz en la boca del pobre hombre que iba montado en el elefante diciéndote aparta, aparta.

Creo que este es una buena manera de ilustrar lo que os pretendo decir, solemos escuchar a grandes voces, doctas y ilustradas pero no lo hacemos con los más allegados, con los más simples y son ellos, la mayoría de veces, quienes nos dan las grandes enseñanzas.

Namasté

No se porque pero hoy he recuperado mi autentico nombre, que más dará una etiqueta que otra, pero se ha hecho.

jueves, 7 de octubre de 2010

Un jnani puede ser también un bakta?




Esta es una de las cuestiones que más tardé en comprender, realmente se me hacía difícil sentir, admitir, vivir una fe. Fe a que, fe a quién? Pero un verdadero seguidor del Jnana yoga, es un gran bakta, seguidor del bakti yoga o camino de la devoción cuando se comprende lo que es Shrada, que es mucho más que fe, que es confianza, es respeto, es compañía , es amistad, es un sentimiento tan común como el que tienes por tu mejor amigo.

Sabes que nunca te fallará, nunca te sentirás solo, siempre estará contigo, cuando desfalleces Él está, cuando todo funciona está presente, pero cuando más visible lo notas es en los momentos más difíciles. Esta es la Shrada que debemos sentir por el Sadguru.

Recuerdo que de pequeño ya rezaba. “Ángel de la guarda dulce compañía no me desampares ni de noche ni de día no me dejes solo que me perdería”. Sea ángel, sea Maestro, sea Guru, el nombre es lo que menos importa por que de hecho es el mismo concepto.

Está contigo siempre porque formas parte de él, formáis parte de la misma unidad del mismo Todo. Esta confianza, este dejarse ir, dejarse hacer, este sentimiento de ser vivido por Él llega con la sabiduría. Confiemos pues en Él y dejemos en sus manos nuestro destino.