
En un debate sobre el Edén alguien empezó recordando la católica enseñanza de la creación del hombre por Dios y como lo dejo viviendo en un paraíso , pero al instante todos los presentes se miraron y uno de los asistentes dijo: Así que usted no cree en la teoría de Darwin, con esta corta frase se abortó el camino de la creación divina del hombre, la mayoría de asistentes eran agnósticos y yo advaitín, amén de escépticos, curiosos y porque no decirlo algún despistado que no sabia muy bien donde se había metido.
Pronto derivó toda teoría alrededor de Darwin, como siempre cada uno de los asistentes competía en erudición y quería demostrar que era él/ella quien más sabía del tema, pero oh paradoja, allí estaba yo que como siempre levantaba ampollas con mis comentarios, dije: El edén es el estado de semi-idiotez. Mi lenguaje directo, claro y sin duda polémico hizo estragos entre los asistentes. Como puedes decir algo así, como puedes ni pensar que este es el estado perfecto?.
Pasaron los años y yo ya había olvidado el incidente, que dicho sea de paso quedó zanjado con mi silencio al dejar que Darwin ganara la batalla, cuando constaté que tenia razón cuando dije, aunque demasiado brutalmente, que el edén es un estado de semi-idiotez. El edén fue una época en la que la evolución humana y la relación con su entorno fue de equilibrio perfecto, sin duda decir lo de la idiotez fue una idiotez, pero como llaman popularmente hoy en día a un estado de aceptación de lo que nos toca vivir, sin más resistencia que la que tenemos al dejar que nos venza el sueño. Se quiere ser protagonista de todo lo que nos ocurre incluso a lo que les ocurre a los demás, por este motivo el que no lucha denodadamente contra todo para conseguir su fin es considerado un simple o inconciente, todos quieren conseguir la meta que se han propuesto y de hecho son estos, los que critican esta mal llamada inconciencia los que están más lejos de la Verdad, porque para llegar a la Consciencia hay que tener un grado muy levado de evolución espiritual y ellos están muy lejos de este punto.
Hace milenios la especie humana llegó a convivir, como en un Shambala o Shangrilá, con Devas, con toda la naturaleza, en armonía con sigo misma, en paz, no es este el estado que definiríamos como el del Edén? o es que este estado tiene algo que ver con la materia, posesiones, poder o sexo?. Durante centurias nos hemos ido apartando de la madre Gaya, de las vibraciones Cósmicas, del entorno natural, de la paz para erguirnos en protagonistas absurdos de una realidad inexistente.
A pesar de todo estoy seguro que algún día la mayoría conocerá la Verdad no dual del Uno, seremos arropados por Ananda y viviremos en el Edén, donde ocurra lo que ocurra estará bien porque habremos comprendido que la Verdad es solo una y que solo el aquí y ahora es real.
Y si a mí me llaman semi-idiota, simple o inocente, que así sea.
Namasté.


El niño rebelde es el ser humano que ha nacido en la materia con un fin, para ayudar a los demás a evolucionar a lo más alto. Marilyn Ferguson escribió hace más de 30 años su famoso libro “La revolución de Acuario” donde explica como cada día nacen más niños preparados para el cambio al nuevo paradigma. Mas tarde se popularizó el tema de los niños índigo, a mi entender no son más que los que Ferguson decía en su libro, se les llama índigos porque según los videntes tienen un aura de este color (azul), son niños con un alto grado evolutivo y que a pesar de ser ahora cuando se les empieza a conocer a nivel popular hace mucho tiempo que están naciendo, cada día nacen más. Los índigo son seres que nacen “descolocados” no encuentran el camino fácilmente porque lo suyo es el Camino espiritual o evolutivo, son seres que nacen para dar un paso adelante en la evolución de la humanidad. Son obviamente rebeldes, inconformistas, discutidores, no aceptan las ordenes porque sí, necesitan el porqué y el como para captar la importancia de tales ordenes, si no son útiles en su Camino, que lo haga otro o que no se haga.
