Ricos y pobres

Sin duda el estado económico condiciona en gran medida nuestro estado de ánimo, nuestras relaciones y nuestro entorno, a todos nos gustaría disfrutar de una holgada situación que nos permitiese vivir en un estado confortable, pero aquellos que han nadado en la abundancia toda su vida son realmente privilegiados o solo ven una parte de la realidad?, el mismo Buddha Siddhartha necesitó ver con sus propios ojos la otra realidad para salir de las inopias en las que vivía.
Creo sinceramente que de las dificultades es de donde se saca la mayor enseñanza, que de los momentos difíciles podemos aprender mucho más que de los de confort y relax. Pero escogemos nosotros el modo de vivir, elegimos nuestra situación?

Hay una historia hinduista que cuenta que un sadhu que vivía en un bosque comía en vajilla de oro, recriminado por un seguidor suyo le contestó que cada uno vive lo que le toca y que lo único imprescindible es no apegarse a lo que se tiene, dicho esto tiró toda la vajilla y siguió su camino, el discípulo impresionado le veneraba mientras él seguía diciendo, cada uno vive como le toca vivir, si tienes que comer en loza comerás en loza si tienes que hacerlo con las manos, con las manos lo harás y si es oro lo que te toca oro será. En aquel momento fueron interrumpidos por un emisario real que les invitó visitar al rey que se encontraba de caza en aquel bosque. Sentados a la mesa real fueron servidos en una vajilla de oro a lo que el sadhu dijo a su discípulo: ves, si te toca oro, oro será.

Hace años leí un libro titulado de burgués a socialista donde se contaba la historia de un hombre que después de largos años viviendo en la opulencia vio como su negocio fracasaba y caía en la más pura indigencia, teniendo que trabajar para otro empezó a comprender a sus propios trabajadores y sus reivindicaciones, empezó a ver la realidad del día a día de una manera completamente diferente a como la había visto, y pasó de ser un capitalista a ser un hombre sencillo.

Este ejemplo, que he vivido en propia carne, me recuerda constantemente lo afortunado de algunos que hemos podido vivir diferentes experiencias, que sin duda nos han enriquecido, y constatar que en las dificultades es donde se encuentra la mejor vía de crecimiento, para al fin comprender, como el sadhu, que ni en la riqueza ni en la pobreza hay nada más que el Ser.

Namasté.