
He sido un hombre afortunado; en la vida nada me ha sido fácil.
Sigmund Freud
En nuestro camino encontramos a Budas inversos, todos sabemos que un Buda es un ser iluminado, y sabemos también que su única finalidad es hacer el bien a la humanidad, pero lo que no sabemos es que también existe la figura contraria que se nos ha puesto en el camino para dificultar el paso y así poder conseguir un mayor avance, realmente parece que estas personas, como las graves circunstancias de nuestra vida, sean como un castigo que hemos merecido por alguna oscura acción del pasado, pero debemos recordar que no existe ni castigo ni premio sólo justicia en forma de Samsara para ir agotando el karma que arrastramos. Que hay mejor que una dificultad para dar un buen paso adelante?.
Hemos de amar a nuestros enemigos, es una de las cosas más difíciles de aceptar, pero si conseguimos amar a todos incluyendo a los que nos hacen el mal es que habremos crecido de una manera lo suficientemente significativa como para saber que vamos por el buen camino, de hecho no somos nadie para emitir juicios de valor, no tenemos nunca todos los elementos como para juzgar a nadie, por este motivo es imposible acabar de definir que es un enemigo , quizás es un maestro si nos lo miramos como es debido.
De la misma manera que las cosas no son lo que parecen, debemos aceptar todas las dificultades de la vida como lecciones que nos ayudan a mejorar. Quizá es difícil de entender pero debemos admitir que este es el único camino, y de la misma manera que vemos el cielo azul y sabemos que en realidad es transparente, tenemos que ver, aunque el color del problema que estamos pasando sea muy oscuro, que su color real en el peor de los casos será de color de enseñanza.
Dice la doctora Elisabeth Kübler-Ross.
La mayor parte de la gente considera difíciles sus condiciones de vida y sus pruebas y sus tormentos como una maldición, un castigo de Dios, algo negativo. Si pudiéramos comprender que nada de lo que nos pasa es negativo, y lo subrayo, absolutamente nada ... Todos los sufrimientos y pruebas, incluso las pérdidas más importantes, como también los acontecimientos ante los que decimos "si lo hubiera sabido de antemano no lo habría podido soportar", son siempre regalos. Ser infeliz y sufrir es como forjar el hierro candente, es la ocasión que se nos ha dado para crecer y la única razón de nuestra existencia.